CENTRO DE DÍA “ALEGRÍA” nace en abril de 1994 con el fin de brindar a la persona con discapacidad severa un espacio que atienda a todas sus necesidades y promueva el despliegue de sus posibilidades, contenido en un marco de afectividad y rico en oportunidades de participación. Orienta sus servicios a la atención de jóvenes y adultos con daño neurológico severo.
Es la de brindar un servicio que valore a la persona con discapacidad desde sus singularidades. Un espacio que atienda a la satisfacción de sus nece-sidades y desarrollo de sus potencialidades para el despliegue de su funcionamiento en la interacción con su entorno.
Es la de sostener un servicio que garantice la calidad de vida y la inclusión social de nuestros concurrentes y sus familias.
Cuando se habla de la persona con discapacidad severa generalmente se hace hincapié en sus limitaciones, en lo que no hace, en lo que no sabe, en lo que no dice, en sus graves problemas de salud, determinadas por aquellas marcas derivadas de la certeza de un diagnóstico y pronóstico médico. Nuestro Centro de día propone una filosofía de trabajo que trascienda estas limitaciones, que crea en las posibilidades de la persona con discapacidad severa, que apunte a desvanecer aquellas etiquetas que le impiden “ser”, motivando a cada concurrente a ser partícipe de su propia vida. En el desafío cotidiano de descubrir sus intereses, necesidades y posibilidades singulares se requiere de una “escucha sensible”, que le ofrez-ca a la persona con discapacidad severa abrirse a la receptividad y expresividad, al intercambio, a la COMUNICACIÓN. La significación de sus producciones corporales a partir de una relación basada en el afecto y el respeto, le ofrecerá la posibilidad de experi-mentar situaciones placenteras y descubrirse, incrementando así su interés, su deseo por participar en actividades que lo inviten a vivir nue-vas emociones.
Nuestro objetivo principal es promover la calidad de vida de nuestros concurrentes a partir de la participación en diversas propuestas tendientes a la inclusión social.
Valorar a la persona con discapacidad desde sus singularidades.
Ofrecer espacios de intercambio que permitan el despliegue del “querer”, “poder” y “saber” hacer.
Promover la comunicación y socialización en el grupo de pares, medio familiar y social.
Brindar oportunidades de participación significativa a través de diferentes recursos terapéuticos tendientes al autovalimiento.
Proporcionar apoyo, orientación y contención al concurrente y su familia durante el proceso de acompañamiento terapéutico.
Favorecer la formación profesional permanente del personal de la Institución.
Esté siempre actualizado con nuestras nuevas propuestas y actividades grupales
Para más información escribanos y le responderemos a la brevedad